viernes, 13 de agosto de 2010

Despedida.

No huyó.
Solamente detuvo sus pasos
y me dejó continuar el camino
sin atreverse siquiera a decirme
lo que empezaba a sentir
Un abrazo.
Una frase de despedida.
Un beso que no se atrevió a dar.
Y se quedó ahí,
como estatua
mirando mi silueta perderse entre la gente.
¿Cuánto tiempo habría pasado?
--- rC.05.28.2010