miércoles, 19 de octubre de 2011

A las diez


A las once o a las doce
con las manos caminando tu piel
con el alma escuchando al viento
con mis pies lagartos de arena
lunas en los párpados
cuando llueve en la casa
guardamos el sol detrás de las ventanas
hay lunas en los párpados
en tu funeral y resurrección
cuando callo
   me siento a tu lado
      y te regalo la caída de las hojas

Las sombras van mordiendo las paredes
el sofá deja su quietud
te abrazo y vemos crecer el trigo
te cuento palabras
las riego sobre tus muslos
tus labios
las voy dejando enterradas bajo tu piel
para llenar los silencios

Esto es lo que somos
porque los dioses han dejado de ser
nos diluimos lentamente
pero te tengo y te escribo
   y te leo
      y te descubro.

La botella se ha vaciado
nos bebemos de las comisuras de la boca
te recorro por los bordes
abrevando en tormentosos ríos y saciarlos de mi sed


Después el silencio
con lo que hemos callado
habremos dicho todo.