Y tú que me jurabas que el amor
se quedó en otra camisa,
en otras manos,
en otros pechos.
Que se terminó,
al mismo tiempo que esa botella de vino.
Tú que dejaste de buscar
lo encuentras sin darte cuenta.
Tanto fue el miedo,
los tropiezos.
Tan irreconocible para tí,
como tú para él.
Tú que me jurabas que el amor
se quedó en otra historia,
entre confusos personajes,
entre niebla.
Que se terminó,
al mismo tiempo que mi cigarro.
Tú que dejaste de buscar
hoy te ha encontrado.
--- rC 06.11.2010
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