No dejaré que mis palabras
sean eco del silencio.
Hoy,
mañana,
eternamente
toma mi mano.
Déjame acariciar tu corazón
siempre con mis versos.
Quiero que mi luz sea faro
que nos alumbre a buen puerto
y que tu vuelo nos eleve
hacia la misma estrella
mientras seguimos soñando.
Cuando falte mi voz,
serán mis palabras,
mis versos,
quienes no abandonarán tu camino
y a tu lado seguirán indelebles
promesas labradas en el tiempo.
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