Fueron esos ojos,
como cuervos comiendose los mios.
Fueron esos labios,
como atardecer llevandose mis besos.
Fueron esas manos,
como fuego incendiando mi espalda.
Fueron esas piernas,
como mar arrastrandome entre sus olas.
Y fuiste toda tú
donde perdí lo que quedaba de mí.
---
No hay comentarios:
Publicar un comentario
envía tu mensaje en una botella