- ¿Te volveré a ver?- Le tembló la voz.
- ¿Qué?- Ella era morena, alta, de cuerpo delgado pero con redondeces pronunciadas.
- Que si nos veremos pronto.- la súplica tímida del tipo era más lamentable que su imagen desparramada sobre la cama.
- Puede ser la próxima quincena, cuando vuelvas a tener dinero para pagar.- se amarró el cabello y cerró la puerta con fuerza para recorrer el laberinto que la llevaría de nuevo a la esquina donde se habían conocido.
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