Cuento de hadas.
Un día ella se durmió. Él se fue con sus amigos a emborrachar, a pescar, al beisbol; tuvo otras mujeres, comió, habló con la boca llena, maldijo, subió los pies a la silla, dejó la ropa tirada por toda la casa, hasta que, pasados cien años, le dio un beso y ella despertó. Ambos habían tenido una vida de cuento.
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